sábado 2 agosto, 2025

Por culpa del accionar de Aysa, los vecinos de Llavallol padecen anegaciones

Desde hace meses, la planta de Llavallol de Aysa (Aguas y Saneamientos Argentinos) desagua durante tres días al mes, inundando calles y veredas. Los afectados reclaman al gobierno nacional soluciones urgentes ante la falta de circulación y las complicaciones que padecen.

Desde el Centro de Gestión del Municipio (CGM) en Llavallol detallaron que, una vez por mes, la planta desagota el agua de una de sus bombas durante tres días. Los vecinos aseguran que el problema existe desde hace tiempo y remarcan el peligro que implica el anegamiento constante de más de siete cuadras alrededor de la planta, ubicada sobre Magallanes entre José Hernández y Ucrania. A pesar de una supervisión realizada recientemente, Aysa sostiene que “el agua es limpia”, pero este no es el problema, sino que los habitantes no pueden cruzar de vereda ni transitar con normalidad.

Cabe destacar que los residentes de la zona viven con bronca por culpa de la falta de accionar del Estado nacional. Desde hace más de cinco años, de hecho, los vecinos presentaron una nota ante Edesur – otra de las prestadores de servicios públicos, en este el suministro eléctrico – por interrupciones en la electricidad; ahora enfrentan un nuevo inconveniente con Aysa: “el agua constante en toda la calle, parece un río”.

Al principio, la empresa a cargo de Alejo Maxit – hombre de la gestión macrista porteña – negaba los hechos, pero la acumulación de reclamos obligó a reconocer el desagote periódico aunque sin falta de acciones concretas. “No puedo cruzar la calle ni para ir a comprar”, dijo una vecina, evidenciando la gravedad de la situación diaria y la falta de respuesta efectiva.

Diversas familias señalan que, cuando el agua corre por las veredas, los chicos no pueden ir a la escuela y los comerciantes locales pierden clientela. El tránsito quedó prácticamente interrumpido en la cuadra, y muchos vecinos deben dar vueltas de más de quinientos metros para llegar a sus casas o lugares de trabajo. Reclaman que Aysa coordine un plan de contingencia para evitar que el desagote se repita cada mes sin previo aviso.

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